Atropello Innecesario
Por Orlando Sánchez
Ciudadano 018
El fin de semana en Barahona, vimos cómo una vez más la torpeza y la incapacidad de las autoridades llamadas a establecer el orden, se pusieron de manifiesto.
Representantes del ministerio público auxiliados por efectivos policiales, realizaron un recorrido en el casco urbano y en algunas localidades municipales, en el cual incautaban bocinas y parlantes en varios negocios cuyas características entre otras es; la venta de bebidas alcohólicas.
Se dice que estas incautaciones, se realizaron cumpliendo con una disposición del Ministerio de Medio Ambiente en referencia a la contaminación sónica y que incluso, dicho ministerio se hizo representar en tales incautaciones.
Así las cosas, ha de suponerse que previamente fueron agotados varios procedimientos, dados unos avisos y cumplidos unos plazos y luego de esto emitir nuevamente unas notificaciones, y que, a toda esa tramitación previa, se hiciera caso omiso. Suponemos, porque estamos haciendo opinión por lo visto en la acción ejecutada.
Es preciso señalar, que existe regulación para que negocios de este tipo, puedan operar bajo ciertas normas que permitan su operación y entre estas están; que si el sonido excede ciertos niveles de decibeles (alto volumen), estos deben operar en espacios cerrados, para evitar así, la contaminación sonora, así queda normado en la Ley No.287-04, en cuyos articulados se precisa su alcance y todo lo antes expuesto.
Dicha ley en uno de sus considerandos, evoca la constitución de la república en su art.8 acápite 15: ¨…la persona tiene derecho a la paz y la tranquilidad, al libre descanso y a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida. ¨
Aquí recordamos un dicho de la sabiduría popular que reza: ¨mi derecho termina donde empieza el de los demás¨.
¨No todo lo legal es justo¨. Hemos visto que las autori-dades posiblemente estén cumpliendo su deber ante las leyes y la sociedad, ¿pero es justo que esta ley se aplique al pie de la letra en una composición social como la Barahonera? Hay leyes que son aspiraciones, es decir, que dictan ciertas normas de lo que queremos ser como sociedad, y muchas de ellas la introducimos en nuestra legislación, emanadas de sociedades que hace mucho tiempo han superado males sociales, mismos que nosotros aún tenemos arraigados como parte de nuestra cultura.
Barahona un pueblo del sur árido y agreste, lleno de nobleza en su gente y con una riqueza cultural particular, que amamos y nos enorgullece, para poder aplicarnos cualquier ley que tienda a cambiar nuestras costumbres, hay que entendernos y buscar la forma en que pueda aplicarse sin provocar un malestar general, como el del pasado fin de semana.
Un pueblo con un alto nivel de desempleo y bajo nivel adquisitivo, donde la informalidad en los pequeños negocios y el motoconchos representan las principales fuentes de ingreso. Con pocas vías de escape en la zona que sirvan de recreación, solo las playas, ríos y esos centros de esparcimientos, que fueron intervenidos, sirven para botar el golpe de la semana laboral. En otros lugares han regulado esos negocios y algunos que operaban como terrazas optaron por cubrirse por completo.
En Barahona no nos gusta hacer ¨can¨ encerrados, es parte de la cultura del Barahonero fiestar en terrazas y lugares abierto, por el clima cálido del pueblo y por la calidez de nosotros, que nos gusta ver y saludar a todo el que pasa. Estoy seguro que por ahí anda el asunto, es probable que los dueños de esos negocios se resistan a operar entre cuatro paredes, porque conocen la idiosincrasia del Barahonero y saben que, si hacen ese cambio sus negocios caerán.
No obstante, el dialogo y la concertación siempre serán vías idóneas en la solución de conflictos. El abuso de poder, el uso de fuerza excesiva, la prepotencia, el atropello y toda muestra de soberbia y arrogancia, te quita la razón, aunque la tengas.
La forma tosca y atropellante con que se presentaron las autoridades policiales en esas incautaciones, dejan mucho que decir del real propósito de la acción, pareciera como si se buscara otra cosa que no necesariamente fuera el control medioambiental, quizás buscaban un muerto, que pudo haber sucedido, o tal vez un malestar general en la población, que unido a otras dificultades que afrontamos, se convierta en una poblada desestabiliza-dora del orden y la convivencia pacífica en que vivimos.
Ojo, investiguemos la realidad de lo acontecido y si hay algo que regular, que se haga bajo las normativas de lo legal y lo justo.
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